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Certificación en oncología
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Mayo 11, 2022

Certificación en oncología

Mayo 11, 2022

La certificación en medicina es uno de los procesos habituales a nivel global, el objetivo, en términos generales, es evaluar y garantizar las capacidades de cada uno de los especialistas. En el país, el año académico (especialidad o subespecialidad) inicia el primer día de marzo y termina el último día de febrero. En estas fechas, los residentes de todas las especialidades están por terminar una larga formación que inició décadas atrás.

Actualmente en el país los médicos deben obtener un certificado por pares de acuerdo con su especialidad, para los que nos dedicamos a la atención del cáncer, el organismo oficial que evalúa es el Consejo Mexicano de Oncología o CMO (el CMO es responsable de la certificación, mientras que la Sociedad Mexicana de Oncología [SMeO] es responsable de la educación médica continua). El CMO certifica a los médicos en oncología médica, cirugía oncológica, oncología pediátrica, cirugía oncológica pediátrica y ginecooncología; los especialistas en radiooncología se certifican por el consejo de radioterapia.

En años recientes han surgido una serie de cambios que están asociadas a la evolución que se vive en la oncología desde hace varias décadas, que se traduce en un desfase con el “mundo real”. En algunos centros, no en todos, los oncólogos pasaron de una “oncología general” a una oncología especializada en una sola área del cáncer, entonces, tenemos oncólogos que se dedican exclusivamente a tratar pacientes con tumores torácicos, cáncer de mama o tumores ginecológicos, por citar algunos ejemplos. Esta especialización de la oncología presenta retos importantes en la certificación de los nuevos especialistas. Los oncólogos recientemente egresados tienen una formación global de la oncología, no una formación específica de un tumor, y esto es un punto que debería ser considerado en la actualidad. Las preguntas que están en el aire son: ¿un “oncólogo general” debería ser evaluado solo por un “oncólogo general”?, ¿debería existir una certificación en oncología general y otra certificación en un tipo de tumor específico?, ¿quienes nos dedicamos a ver un número limitado de neoplasias no deberíamos participar en la certificación de un oncólogo general?, ¿los consejos deben evolucionar a certificaciones por tumor o se crearán nuevos consejos de acuerdo al tumor? Estas son solo algunas de las preguntas que ya deberíamos estar planteando y buscando respuestas. Las condiciones de muchos países no permiten que los oncólogos se dediquen a una neoplasia específica, sin embargo, ese es un asunto que en los próximos años será ineludible, la complejidad de los nuevos tratamientos y la biología molecular de las neoplasias obligará a optar por un tumor específico ante la imposibilidad de mantenerse actualizado, este ya es un fenómeno presente en el momento actual. Por el otro lado, los programas universitarios de formación en oncología probablemente deberán modificarse a mediano plazo. En mi opinión, es probable que evolucionemos a un programa de oncología general de un año (quizás dos) y posteriormente el alumno decidirá a qué tipo de neoplasia se quiere dedicar para completar sus años de formación. Una pregunta vital es si las universidades están dispuestas a hacer modificaciones a sus programas académicos y qué papel jugarán los consejos en este nuevo modelo. Estas preguntas deberían estar en la mesa de discusión del día de hoy y no dejarlas para otro momento. Con excepción de algunos centros en poblaciones de menor tamaño, la mayoría de los centros de atención contra el cáncer deberían seguir este camino con oncólogos especializados en pocos tumores. Incluso, aquellos que se dedican exclusivamente a la medicina privada en centros no académicos deberían adoptar este modelo. Para aquellos países que trabajan una oncología especializada por tumores esto puede sonar extraño, lamentablemente, en la mayoría de los países del mundo se practica una oncología general.

Otro de los asuntos, motivo de grandes discusiones, es definir quién debe certificar a cada médico. Es decir, un oncólogo que se gradúa el día de hoy en el país tiene un título universitario más un diploma del hospital/institución que lo formó, a esos dos títulos se les debe agregar la certificación del consejo correspondiente y en algunos casos una segunda certificación del estado o provincia donde trabaja. Algunas personas consideran que son demasiadas certificaciones o papeles. Es importante destacar que la certificación por un consejo es un evento normal en todo el mundo y corresponde a una evaluación que se hace por pares, independiente de los títulos universitarios. En este aspecto, una idea más avanzada propone que los médicos no necesiten inicialmente una certificación y que esta debería realizarse una vez transcurridos un número determinados de años (5 años, por ejemplo) después de la graduación, con el objetivo de garantizar que el médico se mantenga actualizado.

La velocidad con que se presentan los cambios en la oncología obliga a las universidades e instituciones a realizar los ajustes necesarios a la brevedad si no desean volverse entidades obsoletas, los consejos de certificación no pueden ser ajenos a este cambio y obligatoriamente deben ser parte del proceso de cambio y evolución. Independientemente de los cambios y ajustes, se debe comprender que los consejos no son una entidad con fines de lucro o que desean limitar el número de especialistas, lo que buscan es garantizar que un especialista tenga una formación adecuada, así como los conocimientos necesarios para garantizar la mejor atención de los pacientes, y eso no debe cambiar.

 

Dr. Fernando Aldaco Sarvide
Oncólogo Médico
Ciudad de México, México