Como cada año, se realizó en los Estados Unidos la reunión nacional de la Sociedad Americana de Hematología, una de las reuniones más esperadas y destacadas a nivel internacional en lo que respecta a la actualización médica en el ámbito de la hematología.
Tal vez el principal problema a la hora de la inducción de los pacientes añosos con leucemia mieloide aguda (LMA) es la toxicidad de la quimioterapia intensiva (QTI), los agentes hipometilantes como la azacitidina (Aza) y el anti BCL-2 venetoclax (Ven) están siendo utilizados desde hace un par de años como inducción para esta patología. En un análisis retrospectivo presentado como trabajo libre, el equipo de la Universidad de Yale, encabezado por Zeidan et al., estratificó a los pacientes en tres bloques de edad; se reportó una respuesta completa global de 76.2% para la rama de QTI y de 48.1% para la rama de Aza-Ven, con tasa de remisión del 75% para QTI y del 53.69% para Aza-Ven en pacientes de 60-75 años. (1) En otro estudio de la vida real, el Dr. Matthews describe los resultados del uso de Aza-Ven vs. CPX-351 como inducción a la remisión en 549 pacientes adultos con LMA en el periodo de 2017-2021, sin encontrar diferencia significativa en el objetivo primario, que fue la sobrevida global (SG) (media de SG de 12 meses para CPX-351 y 13 meses para Aza-Ven). (2) En un tercer estudio retrospectivo realizado en el Reino Unido por Grenet et al., se comparó CPX-351 vs. Aza-Ven, sin embargo tampoco se encontraron diferencias significativas entre ambos grupos en respuesta global (RG), sobrevida libre de recaída (SLR) y SG (RG 57.8% vs. 56.6%, SLR 32.2% vs. 14.1%, SG 17.3 meses vs. 11.1 meses en grupo de CPX-351 vs. Aza-Ven, respectivamente). (3)
Son varios los agentes novedosos que se encuentran en estudio para el manejo de esta patología y aún se encuentran en desarrollo muchos otros. De los más destacados que se abordaron este año en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Hematología fueron los inhibidores de IDH, específicamente ivosidenib (IDH1), molécula que en estudios fase I ha demostrado eficacia en inducción de LMA en pacientes añosos (mediana de edad de 76.5 años), con tasas de respuesta de 42% y mediana de tiempo a respuesta de 2.8 meses, con mediana de sobrevida de 12.6 meses. (4) Los inhibidores de FLT-3, mutación relacionada a malos pronósticos en LMA, también han aparecido en este nuevo grupo de opciones innovadoras. Gilteritinib, un anti FLT-3, ha demostrado eficacia en casos de LMA refractaria o en recaída al compararse con terapia de salvamento (RG 34% y 9.3 meses de mediana de sobrevida). (4)
En cuanto al mantenimiento y seguimiento postinducción de la LMA, la enfermedad mínima residual (EMR) juega un papel importante, y cada vez está más claro cómo esta herramienta diagnóstica puede ser utilizada en beneficio de pacientes, incluso en grupo de alto riesgo. Cómo y cuándo se debe medir la EMR es la principal pregunta que la Dra. Christian Thiede y su grupo intentaron responder en su interesantísima ponencia “When should we treat with novel agents? The role of maintenance and MRD”. Durante esa sesión se abordó cuál es la metodología ideal para la medición de EMR de acuerdo al perfil molecular inicial de la patología, así como los tiempos previstos para la misma. A manera de resumen y para fines de este escrito podemos concluir que la medición se deberá realizar entre 4 y 8 semanas para aquellos con perfiles mutacionales de alto riesgo, y cada 3 meses para los casos contrarios. (5)
Dentro del mismo grupo de las patologías mieloides, los síndromes mielodisplásicos (SMD) son otro rubro de gran impacto en la práctica clínica hematológica. Su compleja fisiopatología hace relativamente difícil su diagnóstico y aún más difícil su estadificación y tratamiento, son un grupo de patologías que durante los últimos años han sufrido más cambios en su clasificación y estandarización. El estadiaje y manejo de estas enfermedades fue discutido en diversas sesiones educativas y científicas del programa de este congreso, abordando desde la utilidad y valor pronóstico de los distintos scores utilizados por los clínicos diariamente, hasta la utilidad actual de los agentes hipometilantes orales. De todas estas discusiones que abarcan cerca de 200 trabajos libres orales y en cartel se pueden obtener conclusiones interesantes, que la Dra. Griffiths en su ponencia “Oral hypomethilating agents: beyond convience in MDS” resumió en los siguientes puntos: 1) No contamos aún con herramientas pretratamiento eficaces para determinar su potencial respuesta; 2) El tratamiento de soporte sigue siendo necesario y este debe iniciarse lo más temprano posible en algoritmo de tratamiento; 3) El apego al tratamiento y su administración a tiempo son esenciales para obtener respuesta, pues el retraso o suspensión de dosis puede mermar la misma; y 4) La mayoría de los pacientes presenta datos de respuesta a los 6 ciclos del agente hipometilante, sin embargo, se requieren al menos 12 ciclos para obtener la mejor respuesta. (6)
Así como los SMD han sufrido cambios y alteraciones en su clasificación y manejo, otro grupo de igual o mayor complejidad, los síndromes mieloproliferativos, cuentan actualmente con un interés renovado, su diagnóstico y tratamiento, complicados por la misma naturaleza de las enfermedades, son temas que han llamado la atención de importantes grupos médicos en el mundo. Es el caso del grupo del centro “Princess Margaret”, de la Universidad de Toronto, encabezado por el Dr. Gupta, el cual presentó un interesante análisis del papel del trasplante de células progenitoras hematopoyéticas en estas patologías, en el escenario de los nuevos agentes terapéuticos disponibles y en estudio. Son muchos los agentes novedosos que han seguido los pasos de ruxolitinib (anti-JAK) en el manejo de estas entidades, todos dirigidos a la inhibición de pequeñas moléculas que participan en la interacción celular, división y sobrevida de la misma. De estos se pueden destacar navitoclax, un inhibidor de BCL-2, y parsaclisib, inhibidor de PI3Kd, ambos ya en estudio fase III en combinación con ruxolitinib; bodemstat, un anti-LSD1, selinexor, anti-XPO1, tagraxofusp, un anti-CD33, estos 3 últimos en estudios fase I-II en monoterapia. (7)
La cantidad de información presentada y discutida en eventos de actualización médica de la importancia y tamaño del Congreso Anual de la Sociedad Americana de Hematología es imposible de resumir y comentar en poco tiempo o espacio, sin embargo, he intentado resumir solo algunas de las muchas cosas que me impactaron en esta edición del mencionado congreso. He dejado en el tintero muchísimas más que espero poder compartir en un futuro.
Gracias.
Referencias:
Dr. José Antonio de la Peña Celaya
Hematólogo
Ciudad de México, México
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