A finales de la década pasada, cuando me desempeñaba como profesor de oncología de pregrado en la Universidad La Salle, mi alma mater, propuse a los alumnos de la carrera de medicina desarrollar un proyecto grupal de investigación como parte de las actividades académicas del semestre. Revisamos varios temas y al final, se decidió hacer un proyecto que evaluara la mortalidad por cáncer en el país con base en el grado de desarrollo poblacional; la pregunta de investigación buscaba establecer la tasa de mortalidad por cáncer entre la población que se encuentra en pobreza versus la población más favorecida. La hipótesis suponía que el grupo poblacional en pobreza tendría una mayor mortalidad debido a las carencias y acceso limitado a los servicios de salud. Lamentablemente, por diversos motivos, no fue posible completar el trabajo de investigación; sin embargo, los resultados preliminares ofrecían información extraordinariamente interesante.
Tiempo después, propuse a un grupo de oncólogos, a algunos residentes de oncología médica del hospital y algunos ex alumnos de pregrado con los que había trabajado el proyecto original retomar la idea de investigación actualizando la base de datos como parte de un trabajo que enviaríamos al Congreso Nacional de Oncología de la Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO)*.
Debido a que no existe propiamente una base de datos abierta con las personas ricas y pobres del país, utilizamos la base de datos del CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) para seleccionar la población residente en los municipios menos desarrollados del país, así como la población en los municipios más desarrollados del país (v.gr. una población desarrollada es aquella que tiene calles pavimentadas, agua potable, drenaje, escuelas, acceso a servicios de salud, la población tiene un nivel educativo alto, entre otros; mientras que las no desarrolladas carecen de servicios básicos, las casas pueden tener piso de tierra, el nivel educativo es bajo, etc.). Para obtener la tasa población y tasa de mortalidad por cáncer, utilizamos el registro poblacional, así como el registro de mortalidad del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). La base de datos incluyó a los 3.5 millones de personas (equivalente al 2.7% de la población total del país) que viven en los municipios más desarrollados del país versus 3.02 millones de personas que viven en los municipios menos desarrollados (equivalente al 2.4% de la población total del país). El análisis se realizó con base en información previa al año 2023.
Los resultados generales son de gran interés. La dispersión poblacional es uno de los grandes problemas; los 3.5 millones de personas que viven en los municipios más desarrollados se localizan en 33 municipios localizados principalmente en el norte del país; por el otro lado, los 3 millones de personas en los municipios menos desarrollados viven en 290 municipios localizados principalmente en el sur del país. El 10% de la población de los municipios más desarrollados se clasificaba en pobreza, mientras que en los municipios menos desarrollados el 95% se estaba en niveles de pobreza.
En la parte inferior se puede observar la tasa de mortalidad (por 100,000, no ajustada) por cáncer en el país, en las poblaciones más desarrolladas y las menos desarrolladas.
Desde que se plantearon las primeras ideas del proyecto de investigación con los estudiantes de la carrera de medicina, suponíamos que la población en las áreas menos desarrolladas tendría una tasa de mortalidad mayor que aquellos que habitaban en las poblaciones desarrolladas, idea que se sustentaba en las grandes diferencias en el acceso a servicios de salud (cribado, diagnóstico oportuno, referencia oportuna a centros de atención, acceso a tecnología sanitaria, etc.). Contrario a lo que esperaba encontrar, la tasa de mortalidad entre la población de las áreas desarrolladas es claramente mayor que aquellos que viven en marginación (tasa de mortalidad por cáncer de 101 versus 48). Las diferencias en la tasa de mortalidad en cáncer colorrectal, pulmón o mama entre otras son más que evidentes; con excepción de cáncer de estómago, en donde la tasa es ligeramente superior, no existe una neoplasia específica en la que la población que vive en marginación tenga una mayor mortalidad. Uno de los resultados que más me sorprendió, fue la mortalidad por cáncer del cuello uterino (CaCu) en donde yo esperaba que la tasa fuera claramente mayor en la población de las comunidades menos desarrolladas; no obstante, la tasa fue ligeramente mayor en los desarrollados.
Cuando uno revisa el número total de defunciones por cáncer entre la población clasificada como pobre del país (en este caso hablamos de + 50 millones de personas) podríamos interpretar que el problema es mayor comparado con la población más favorecida; sin embargo, cuando evaluamos los datos utilizando la tasa por cada 100,000 habitantes los números se invierten.
El cáncer es un problema global de salud; no obstante, cuando vemos la tasa de mortalidad entre los diferentes países, podemos ver que la tasa de mortalidad, con algunas excepciones, es notoriamente mayor en los países desarrollados comparado con los países menos desarrollados, es decir, es una enfermedad fuertemente ligada a países ricos y con ciertos estilos de vida (eso no significa que algunas neoplasias no estén claramente ligadas a problemas o situaciones propias de países menos favorecidos o desarrollados económicamente), esta diferencia se mantiene no obstante las diferencias en el acceso a los servicios de salud y políticas sanitarias entre países desarrollados y no desarrollados.
Los resultados del trabajo dicen que la mortalidad por cáncer es menor en las poblaciones marginadas, independientemente de los resultados, el problema del cáncer es extraordinariamente complejo por lo que una visión reduccionista de la información sería un error; en el otro extremo, descartar los resultados y considerarlos como no válidos, sería igualmente una equivocación.
La “frialdad de los números” nos ofrece un resultado inesperado que nos deja más preguntas que respuestas.
*Cancer mortality differences between developed and underdeveloped municipalities in Mexico. Congreso Nacional de Oncología de la Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO) 2023. Diego A. Hernández Domínguez, Eduardo Cárdenas Cárdenas, Alejandro López Leija, Fernando Aldaco Sarvide, Jazmín I. Alvarado Ríos, Julio César Rincón Camacho, Karina Del Valle Delgado, Miriam Cortés Hernández, Patricia Elvira Sánchez Valencia, Rodrigo Rivera Moreno y Wuendoly A. Carrada Sánchez.
Dr. Fernando Aldaco Sarvide
Oncólogo Médico
Ciudad de México, México
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