Los efectos adversos más frecuentes de abemaciclib, como la diarrea, son manejables en la mayoría de los casos y rara vez requieren la suspensión del tratamiento, afectando a menos del 5% de las pacientes gracias a un adecuado manejo
La Dra. María Alejandra Bravo oncóloga clínica en el Centro de tratamiento e Investigación sobre Cáncer (CTIC) en Colombia, nos habla sobre las nuevas aprobaciones para abemaciclib y cómo manejar los eventos adversos asociados a su uso.
La experta comentó lo siguiente:
En el contexto de la enfermedad metastásica, hemos observado que los efectos adversos que inicialmente se mencionaron en los estudios MONARCH 2 y MONARCH 3, como la diarrea, resultan ser más manejables en la práctica diaria. Sin embargo, es importante destacar que, al empezar a tratar a las pacientes con intención curativa en el estudio monarchE, el perfil de tolerancia podría ser diferente, por lo que debemos prestar especial atención a la diarrea.¹·²
Primero, recordemos que la diarrea suele ocurrir en el primer mes de tratamiento, especialmente durante la primera semana. Es fundamental que, al prescribir abemaciclib, también se incluya un antidiarreico, como la loperamida, que el médico tratante deberá indicar. Las pacientes deben ser instruidas para iniciar el tratamiento antidiarreico al primer signo de diarrea, lo que puede prevenir la necesidad de interrumpir la dosis.¹·²
Si, a pesar de estas medidas, la diarrea progresa de grado 1 a grado 2 y es necesario suspender la dosis, es importante informar a las pacientes que, una vez la diarrea disminuya, pueden retomar el tratamiento con la misma dosis o, si es necesario, reducir la dosis en la siguiente consulta. Comenzamos con 150 mg cada 12 horas, y sabemos que es posible reducir de 100 mg o incluso 50 mg. Los estudios han demostrado que la reducción de la dosis no afecta la efectividad, por lo que no debemos dudar en hacerla cuando sea necesario.¹·²
Es importante tener en cuenta que, al seguir estos pasos clave al inicio del tratamiento, probablemente evitaremos la necesidad de reducir la dosis. Menos del 5% de las pacientes necesitarán interrumpir o descontinuar el tratamiento debido a este efecto adverso, el cual afecta al 80% de las pacientes que toman abemaciclib.¹·²
En cuanto a otros eventos adversos, la neutropenia es mucho menos frecuente con abemaciclib que con otros inhibidores de CDK4/6, ya que su inhibición de las ciclinas 4 y 6 es diferente. Esto nos permite administrar el medicamento todos los días, sin necesidad de los intervalos de 21-7, y la neutropenia es menos común. Si se presenta neutropenia de grado 3 o superior, es cuando debemos considerar una reducción de la dosis. En grados 1 y 2, aunque los neutrófilos estén algo bajos, no necesariamente aumenta el riesgo de infecciones.¹·²
Otro efecto adverso que es común es la fatiga, que se presenta no solo con los inhibidores de CDK4/6, sino también con el inhibidor de aromatasa que suele acompañar el tratamiento. Es importante recordar que hay evidencia científica suficiente que respalda la recomendación de actividad física para las pacientes, lo que puede ayudar a mejorar la fatiga y la debilidad.¹·²
En resumen, esperamos que estos efectos adversos no sean lo suficientemente severos como para llevar a la descontinuación del tratamiento, especialmente cuando consideramos los excelentes resultados que hemos visto no solo en el tratamiento de la enfermedad metastásica, como en los estudios MONARCH 2 y MONARCH 3, sino también con el estudio monarchE, que ahora nos brinda la posibilidad de reducir el riesgo de enfermedad invasiva y metastásica.¹·²
Referencias:
Para más información revisar la IPP de abemaciclib.
Gracias al apoyo educativo sin restricciones de Eli Lilly Colombia.
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