
Mosunetuzumab es un tratamiento innovador para el linfoma folicular recaído/refractario con alta eficacia y seguridad, aprobado por la FDA y la EMA para pacientes que han fallado en dos o más líneas de tratamiento [1-4]
La Dra. Christianne Bourlon de los Ríos, hematóloga adscrita a Médica Sur en la Ciudad de México, nos habla sobre la nueva era en el linfoma folicular: mosunetuzumab en 3L.
La experta comenta lo siguiente:
El linfoma folicular es uno de los linfomas indolentes más comunes dentro de los linfomas tipo B y, aunque es bien conocido por ser una patología que actualmente no tiene una solución definitiva, la mayoría de los pacientes experimentará varias recaídas tras la primera línea de tratamiento con intervalos libres de enfermedad que irán reduciéndose de forma gradual entre cada tratamiento.
En general, se ha documentado que tras la primera recaída, la mediana de supervivencia libre de progresión es de 6.6 años; después de la segunda recaída, disminuye a 1.5 años, y en recaídas posteriores se reduce a menos de un año. En la última década, ha habido avances significativos en el tratamiento de esta enfermedad, destacando especialmente la incorporación de la terapia celular con células CAR-T al arsenal terapéutico. No obstante, el acceso a este tratamiento se ve limitado a menos del 50% de los pacientes que lo requieren, debido a restricciones de infraestructura y al estado de comorbilidad de los pacientes. Ante este desafío, en el contexto del linfoma folicular recaído/refractario han surgido anticuerpos biespecíficos, como mosunetuzumab. [1]
A partir de esto, surge la pregunta, ¿Por qué es que funcionan los anticuerpos biespecíficos?
Los anticuerpos biespecíficos funcionan debido a su capacidad de unirse a dos antígenos diferentes: uno en la célula T y otro en un antígeno presente en la superficie de la célula tumoral. Esto permite redirigir la célula T hacia el antígeno tumoral, lo que genera una interacción directa que resulta en citotoxicidad, además de desencadenar la liberación de citocinas que potencian la actividad antitumoral. En el caso de mosunetuzumab, este se une a los antígenos CD3 y CD20, presentes en las células T y tumorales, respectivamente. Además, su estructura tipo IgG le otorga un beneficio farmacocinético, con una vida media prolongada, lo que elimina la necesidad de una infusión intravenosa continua.
Cade señalar que la actividad antineoplásica de este fármaco fue evaluada inicialmente en estudios fase I/Ib en una cohorte de linfomas tipo B, que abarcó tanto subtipos agresivos como indolentes. De estos estudios preliminares, se destaca la información relacionada con su eficacia en el grupo de linfomas recaídos/refractarios, así como la seguridad observada cuando se administra en dosis escalonadas. [1,2]
Un siguiente estudio fase II, enfocado exclusivamente en linfoma folicular recaído/refractario, demostró la eficacia y seguridad de mosunetuzumab. Se reportó una tasa de respuesta global del 80%, con hasta un 60% de respuestas completas. Además, con una mediana de seguimiento de 18.3 meses, no se había alcanzado aún la supervivencia libre de progresión. Cabe destacar que en los grupos de alto riesgo, que representaron hasta el 50% de la cohorte e incluyeron pacientes refractarios a doble tratamiento (anti-CD20 y alquilantes), pacientes con más de 3 líneas de tratamiento previas, el grupo POD-24, y aquellos previamente tratados con CAR-T, no se observaron tasas de respuesta inferiores. [1,2]
En cuanto a los eventos adversos y la seguridad, el efecto adverso más frecuente fue la neutropenia, presente en el 26% de los pacientes, seguida de infecciones en el 14%. En lo que respecta a reacciones específicas relacionadas con terapias celulares y de redireccionamiento celular, el síndrome de liberación de citocinas se observó en el 42% de los pacientes, pero solo un 2% presentó grados 3-4. Además, la neurotoxicidad asociada a la terapia celular se documentó en el 5% de los casos, siendo todos de grado 1-2 y con resolución completa de los síntomas. [2]
Finalmente estos resultados muestran que el tratamiento con mosunetuzumab en linfoma folicular recaído/refractario ha logrado tasas de respuesta superiores al tratamiento estándar y comparables a otras terapias celulares, lo que llevó a su aprobación por la FDA y la EMA. Actualmente, está indicado para pacientes que han fallado a dos o más líneas previas de tratamiento en este contexto. [3,4]
Fuentes consultadas:
Gracias al apoyo educativo de Roche México.
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