El tratamiento para el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) con mutación de EGFR ha avanzado con inhibidores de la tirosina quinasa (TKI, por sus siglas en inglés) de nuevas generaciones y diferentes combinaciones de fármacos, mejorando la supervivencia y requiriendo un perfilamiento adecuado de los pacientes
La Dra. Maritza Ramos, oncóloga médica adscrita al Instituto Nacional de Cancerología en la Ciudad de México, nos comenta sobre las estrategias de tratamiento para pacientes con CPCNP y mutación de EGFR.
La experta comenta lo siguiente:
Esta alteración molecular es más frecuente en nuestro país, presentándose en aproximadamente el 30% de los casos, un porcentaje mayor al promedio global. Además, las características clínicas de estos pacientes son distintas: se observan con mayor frecuencia en mujeres y en personas no fumadoras, y presentan un alto riesgo de desarrollar metástasis cerebrales. [1]
Afortunadamente, en los últimos años ha habido grandes avances en el tratamiento de estos pacientes. Desde la introducción de los inhibidores de la TKI de primera generación, como gefitinib y erlotinib, que demostraron un beneficio en la supervivencia libre de progresión (SLP) en comparación con la quimioterapia, hasta los TKI de segunda generación, como dacomitinib y afatinib, que replicaron ese beneficio y redujeron el riesgo de progresión en un 30-40%.
Más tarde, el TKI de tercera generación, osimertinib, se posicionó como la opción de tratamiento preferida para pacientes con mutación de EGFR. Este fármaco fue evaluado en el estudio FLAURA, donde demostró una mejora significativa en la SLP, alcanzando hasta 18.9 meses, con una supervivencia global (SG) de aproximadamente 40 meses. [2]
Actualmente, nuevas estrategias de tratamiento están siendo evaluadas, y han surgido combinaciones terapéuticas con el objetivo de combatir las clonas resistentes a los TKI. Una de las combinaciones más estudiadas es la de amivantamab y lazertinib, evaluada en el estudio MARIPOSA. Este esquema, libre de quimioterapia, fue comparado con osimertinib en monoterapia. La SLP alcanzó aproximadamente 24 meses, y los pacientes con o sin metástasis cerebrales se vieron beneficiados. [3]
Además, se reportó recientemente una reducción de aproximadamente un 30% en el riesgo de progresión sintomática con la combinación de amivantamab y lazertinib. Esto posiciona a esta combinación como una estrategia importante en la primera línea para los pacientes con CPCNP y mutación de EGFR. [3]
Otra combinación que se ha estudiado es la de osimertinib con quimioterapia, evaluada en el estudio FLAURA2 y comparada también con osimertinib en monoterapia. Los resultados fueron muy similares a los del estudio MARIPOSA, con un beneficio en la SLP de hasta 25 meses, beneficiando a todos los subgrupos de pacientes. [4]
Al día de hoy, las opciones de tratamiento para pacientes con CPCNP y mutación de EGFR incluyen tanto monoterapia como combinaciones de fármacos. Es fundamental realizar un perfilamiento adecuado para determinar cuál es la mejor estrategia para cada paciente.
Algunas consideraciones clave para un buen perfilamiento incluyen: el estado funcional del paciente, la presencia de metástasis cerebrales, y el tipo de mutación (como la del exón 19 o L858R). Además, sabemos que algunas mutaciones pueden tener un pronóstico desfavorable, por eso que realizar una secuenciación de nueva generación nos pudiera ayudar a tomar mejores decisiones y tener un mejor perfilamiento para nuestros pacientes.
Referencias:
Gracias al apoyo educativo de Johnson & Johnson México.
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