El estudio ANDROMEDA demuestra que la combinación de daratumumab con bortezomib, ciclofosfamida y dexametasona (D-VCd) es segura y bien tolerada, con una menor tasa de muertes por progresión de la enfermedad en pacientes con amiloidosis de cadenas ligeras
El Dr. Alfonso Orozco, hematólogo adscrito al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y al Hospital “Dr. Manuel Gea González” de la Ciudad de México, nos comenta sobre la seguridad de la combinación de D-VCd, en el tratamiento de pacientes con amiloidosis de cadenas ligeras, según los resultados del estudio ANDROMEDA.
El experto comenta lo siguiente:
ANDROMEDA es un estudio fase III, multicéntrico, aleatorizado y abierto, que incluyó a 388 pacientes. Los pacientes fueron asignados al azar a dos grupos: uno que recibió la combinación de D-VCd, y otro que recibió el tratamiento estándar, compuesto por bortezomib, ciclofosfamida y dexametasona (VCd).¹
La mediana de edad de los pacientes fue de 64 años. Un hallazgo importante del estudio es que la adición de daratumumab mejora las respuestas hematológicas, la respuesta orgánica, la supervivencia libre de progresión (tanto orgánica como hematológica) y el tiempo hasta el siguiente tratamiento.¹
En cuanto a la seguridad, el 71.4% de los pacientes presentaba compromiso cardiaco, y alrededor del 80% de estos se encontraban en estadio clínico cardiaco 2 o mayor.¹
La seguridad se evaluó en todos los pacientes que recibieron al menos una dosis de tratamiento. El análisis primario se realizó con un seguimiento de 11.4 meses.¹
Los eventos adversos más comunes, reportados en ambos grupos de tratamiento, ocurrieron en aproximadamente el 25% de los pacientes. Los más frecuentes fueron diarrea, edema, estreñimiento, neuropatía periférica, fatiga, náuseas e infecciones de vías aéreas superiores.¹
Sin embargo, los efectos adversos de grado 3 y 4, que son los más preocupantes en la práctica clínica, ocurrieron en el 43% del grupo que recibió daratumumab, frente al 36.6% del grupo control. Los efectos más comunes en este grupo fueron linfopenia (13% frente a 10.1%), neumonía (7.8% frente a 4.3%) y falla cardíaca (6.2% frente a 4.8%). Otros efectos que ocurrieron en ambos grupos en torno al 5% fueron diarrea, síncope, neutropenia e hipocalemia.¹
Es relevante señalar que el porcentaje de pacientes que interrumpieron el tratamiento debido a efectos adversos fue similar en ambos grupos (5% frente a 4%). Durante el estudio, se registraron 56 muertes, 27 en el grupo de daratumumab y 29 en el grupo control.¹
Las muertes atribuidas a efectos adversos fueron del 11.9% en el grupo de daratumumab frente al 7.4% en el grupo control. Es importante destacar que las muertes por efectos adversos fueron principalmente en pacientes con compromiso cardiaco previo. Sin embargo, las muertes atribuibles a la progresión de la enfermedad fueron menores en el grupo que recibió daratumumab (1% frente a 4%), al igual que las muertes por otras causas.¹
Con un seguimiento más largo, a 20.3 meses, la tasa de mortalidad fue del 16% en el grupo de daratumumab frente al 21% en el grupo control, y a 25.8 meses, 17% frente a 24%.²
A 25.8 meses, las muertes por progresión fueron significativamente menores en el grupo de daratumumab (2% frente a 7%).²
Respecto a las reacciones asociadas a la infusión o administración, estas ocurrieron en el 7.3% de los pacientes del grupo de daratumumab. Todas fueron de grado 1 o 2, y el 86% de ellas ocurrieron en la primera administración, con un tiempo medio de inicio de 1.3 horas. Las reacciones en el sitio de inyección, por cualquier agenda, fueron del 28% frente al 23.9%.³
En resumen, además de los resultados favorables en respuestas hematológicas, respuestas orgánicas y supervivencia libre de progresión, se ha demostrado que la adición de daratumumab es segura, con toxicidad manejable y una menor proporción de muertes relacionadas con la progresión de la enfermedad.
Referencias:
Gracias al apoyo educativo de Johnson & Johnson México.
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